1 Begoña Pellicer García, 2 Raúl Juárez Vela, 1 David Delgado Sevilla, 3 Luis Carlos Redondo Castán, 4 José Ramón Martínez Riera, 3 Emmanuel Echaniz Serrano
Cargo:
1 Graduado/a en Enfermería por la Universidad San Jorge (Zaragoza).
2 Profesor. Universidad de San Jorge (Zaragoza). Asociación de Enfermería Comunitaria. Vocal Aragón.
3 Vicedecano Grado en Enfermería. Universidad San Jorge (Zaragoza).
4 Profesor Titular. Facultad Ciencias de la Salud. Universidad de Alicante.
Resumen:
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el maltrato como “un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento a una persona de edad, o la falta de medidas apropiadas para evitarlo, que se produce en una relación basada en la confianza”. Para la sociedad es difícil comprender que este hecho pueda ocurrir, y en la población anciana no suscita la misma atención social como cuando se perpetra en la población infantil, sin embargo, su prevalencia es similar.
Los cambios sociales y económicos han contribuido a debilitar las redes
familiares y comunitarias. Los equipos multidisciplinares que atienden a
la población anciana están
obligados a notificar e intervenir con las autoridades
correspondientes, velando por los derechos humanos y fundamentales de
los ancianos y proveer sus cuidados.
La prevalencia de sospecha de maltrato en ancianos ronda en torno al
11,9%. Los presuntos perpetradores de estos malos tratos suele ser la
propia familia de la víctima, ocurriendo en el domicilio familiar. Es un
problema de gran magnitud, el cual no se puede ni se debe ignorar. Una
gran limitación que se nos presenta es la inexistencia de escalas
validadas, directas para diagnosticar un maltrato en los ancianos. La
profesión enfermera tiene un papel importante en la detección del abuso,
no solamente mediante la observación y valoración, sino además de
reconocimiento por medio de entrevista tanto al paciente, cuidador como
al entorno para determinar factores que puedan constituir un riesgo. La
prevención tiene que orientarse hacia la familia, comunidad y entorno.
La población ha de conocer los recursos disponibles y existentes.
Creemos que, con la posesión de la escala y junto con nuestros
conocimientos y actitudes como profesionales de enfermería, nuestras
actuaciones serán mucho más efectivas que en la actualidad.
Palabras clave: abusos; anciano; maltrato; prevalencia;
Título inglés:
Nursing action in the face of elder abuse
Abstract:
Nursing action in the face of elder abuse
World Health Organization (WHO) has define abuse as "a single,
or repeated act, or lack of appropriate action, occurring within any
relationship where there is an expectation of trust which causes harm or
distress to an older person". Occurrence of such events is hard to
understand by the community and, in elder population it does not result
in the same social concern as in child abuse. Its prevalence is,
however, similar.
Social and economical changes have contributed to current weakness
of family and community supporting nets. Multidisciplinary care teams
for elderly people must report abuse to authorities and intervene to
preserve elderly fundamental rights and human rights and to provide
appropriate care.
Prevalence estimation of suspected abuse in elderly people is about
11.9%. Most common suspected abuse perpetrators are victim's family
members themselves, at home. This is an issue of great magnitude not to
be neglected. Lack of validated direct scales allowing to diagnose elder
abuse is a significant limitation. Nurses play a significant role in
abuse detection, not only by means of observation and assessment, but
also through interviews with patients, caregivers and other related
individuals to recognize and assess potential risk factors. Prevention
should be focused on family, local community and immediate surroundings.
Lay people should be aware of available and existing resources.
We feel that availability of an appropriate scale added to our
understanding and attitudes as nurses would make our current actions
much more effective.
Key Words: abuse; elder person; prevalence;