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martes, 10 de diciembre de 2013

GERIATRÍA Y GERONTOLOGÍA

CAÍDAS EN ANCIANOS VÁLIDOS INSTITUCIONALIZADOS, PREVALENCIA Y PERFIL 

Begoña Pellicer García, Dr. Raúl Juárez Vela, David Delgado Sevilla, Luis Carlos Redondo Castan, Blanca Martínez Abadía, Dr. Enrique Ramón Arbués: Grado en Enfermería. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad San Jorge (Zaragoza).

Campus Universitario  Villanueva de Gállego - Autovía A-23 Zaragoza-Huesca, km. 299. CP: 50830
(Zaragoza).

Resumen:
Objetivo. Estimar la prevalencia de caídas en personas mayores de 65 años institucionalizadas y conocer el perfil de aquellas que las sufrieron en los últimos 12 meses. Método. Se realizó un estudio descriptivo-trasversal. Los instrumentos que se utilizaron fueron, el Mini-Examen Cognoscitivo (MEC-35 Lobo, 1979) y el Cuestionario de la OMS (1989) para el estudio de caídas en el anciano. Se recogieron las siguientes variables: edad, sexo, IMC, peso, talla, ayudas técnicas para la deambulación, miedo a caer, lugar de la caída, dificultad en acciones, tipo de calzado, momento de la caída, iluminación en el momento de la caída, objetos que la favoreciesen, tipo de caída y contacto con el sistema sanitario.
Resultados. El total de participantes en este estudio ascendió a 51 ancianos/as válidos e institucionalizados. En los últimos 12 meses, 21 individuos sufrieron una caída. Esto equivale a un 41,17% en ambos sexos, siendo un 61,91% en las mujeres y el 38,09% en varones. La media de IMC en el total de los participantes del estudio equivale a 26,6 kg/m2. Mediante el MCA, se observó cómo la variable sobrepeso sí está relacionada con sufrir una caída. En el test de Mantel-Haenszel se obtuvo que las mujeres de 85-90 años presentaban un 42% más de probabilidad de caerse. Los lugares con mayor prevalencia fueron todos dentro del centro con un 71,4%. Las mujeres manifestaron sensación de miedo a sufrir una segunda caída correspondiéndose al 84,6%, y en los varones un 75%. De los ancianos que sufrieron caídas, el 52,38% utilizaba ayuda técnica para deambular, frente al 47,61% que no lo hacía. El calzado más usado en el momento de la caída fue las zapatillas, en un 38,1%. La mayoría ocurría de mañana con un porcentaje del 47,6%; el 90,5% de las mismas tuvo lugar con una iluminación óptima, y en el 71,4% no había ningún objeto que la favoreciese. En el 66,7% de los casos producidos no se mantuvo contacto sanitario tras la caída, y el 52,4% no tuvo consecuencias físicas. Las mayores dificultades que se presentan en nuestros ancianos son correr y deambular.
Conclusiones. El registro de caídas ha permitido conocer la prevalencia que corresponde al 41,17% en ambos sexos. En general se trata de una mujer, con edad comprendida entre los 85 y 90 años, con un MEC-35 de 31,4 puntos, y un IMC de media de 26,6 kg/m2. Las caídas ocurren en el interior del centro, y los ancianos presentaron un elevado miedo a sufrirlas. El calzado utilizado eran las zapatillas, y sucedieron sin ayuda técnica para deambular. Las mayores dificultades que presentan son correr y deambular. La mayoría se produjo durante el trascurso de la mañana, con unas condiciones de iluminación óptimas y sin ningún objeto que hubiese favorecido dicha caída. La mayoría de ellas no presentó consecuencia inmediata, y no se acudió al sistema sanitario. Por tanto cabe pensar que las caídas podrían estar influenciadas por factores intrínsecos, pudiendo ser importante la pluripatología del anciano. Queda claro que el mobiliario de la institución no es un factor determinante, aunque la mayor prevalencia ocurre en el interior de la residencia, pero se ha observado que los ancianos pasan su mayor parte de tiempo dentro del centro. Nos encontramos ante un problema de salud pública, puesto que el sistema sanitario de nuestro país no posee una estimación precisa en cuanto a la prevalencia de caídas sobre la población anciana.
Palabras clave: ancianos, caídas, prevalencia, factores de riesgo, consecuencias.