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lunes, 20 de febrero de 2012



El dolor es una experiencia sensorial y emocionalmente desagradable.
El tratamiento para el dolor crónico en las personas geriátricas es un reto para los profesionales sanitarios.
No debemos considerar el dolor como algo normal.
Un gran número de las consultas médicas y/ó de enfermería son de  pacientes geriátricos  que sufren de dolor.
El mal control del dolor puede generar deterioros cognitivos, depresiones, ansiedad, trastornos del comportamiento y del humor, al mismo tiempo disminuir la calidad de vida en el paciente geriátrico.
La edad se acompaña a una mayor frecuencia de patologías.
En los pacientes geriátricos existen modificaciones fisiológicas que modifican la farmacodinamia de los fármacos (absorción, distribución, metabolización y eliminación).

Aunque existen numerosos fármacos con gran capacidad para disminuir o eliminar el dolor, como son los fármacos opiáceos (metadona, meperidina, etc.), numerosos profesionales los excluyen por producir metabolitos tóxicos. Por tanto no son aconsejados en la persona anciana. La dosis y las vías de administración de fármacos deben ser pautadas de forma individualizada.

El dolor es un fenómeno subjetivo. Los profesionales de enfermería debemos realizar una evaluación completa sobre el dolor en la persona geriátrica. La evaluación requiere una comunicación entre el paciente con dolor y los profesionales.  Para evaluarlo nos ayudamos de escalas como:
  • Escala Visual Analógica (EVA).
  • Escala de descripción verbal.
  • Escala numérica.
  • Escala de las caras.
  • Etc.
A continuación, un tratamiento adecuado y efectivo que mitigue el sufrimiento y mejore la calidad de vida del anciano.

Pellicer García, Begoña.

BIBLIOGRAFÍA:
Álamo C. Opioides y dolor crónico en el paciente geriátrico. Del reto al éxito, 2008. Disponible en: http://scielo.isciii.es/pdf/dolor/v15n7/editorial.pdf



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